RESULTADOS EN LAS PRISIONES
Funcionarios del gobierno y expertos en correccionales, líderes de la comunidad, educadores y ex presidiarios están de acuerdo en que El Camino a la Felicidad es la solución para la reducción del crimen y para restaurar el respeto.
“He tenido el placer de ver el programa de Criminon en acción en mi unidad en el Central Juvenile Hall (Residencia Juvenil Central). Esta unidad cuida a los menores que han sido acusados de los crímenes más serios, incluyendo el asesinato...Los menores se volvieron notablemente menos hostiles hacia los miembros del personal, y dejaron de perder los estribos. Comenzaron a hablarnos (a los miembros del personal) con mucho más respeto que antes y dejaron de hablarnos con terminología de pandillas... el domingo, cuando los padres vinieron a visitarlos, ellos recibieron mucho más respeto de sus hijos comparado con antes.
“Uno de los resultados extraordinarios de este programa es que varios menores me han admitido que ahora sienten más remordimiento por lo que han hecho en el pasado. Esta clase de comentario es bastante inusual entre los criminales de esta naturaleza... los menores que hicieron el programa no han estado encerrados durante mucho, mucho tiempo, y no tenemos problemas de disciplina con ellos”. — Supervisor de Grupo, Centro Juvenil del Centro de Los Ángeles
“He visto a cientos de presidiarios participar en el programa con resultados muy positivos. El programa está organizado extremadamente bien, es efectivo y está configurado de tal manera que incluso puedo usarlo con presidiarios de la Unidad de Vivienda Segura. Creo que el programa consigue hacer mella en las necesidades que tratamos de cubrir”. — Supervisor, Prisión Estatal de Máxima Seguridad de California
“En la prisión de Ensenada hemos trabajado con los peores y más incorregibles presidiarios del estado. Y los hemos visto cambiar. Con los métodos del Sr. Hubbard, recuperan su propio autoestima. Se han convertido a sí mismos en seres productivos. Estoy seguro que estos individuos nunca más caminarán bajo el oscuro y solitario camino del crimen y las drogas”. — Jefe de Policía, Mexicali, México
El Camino a la Felicidad me dio una dirección a seguir que me mantiene fuera de la prisión, soy un ciudadano productivo y contribuyo con la sociedad con lo que siento que puedo contribuir”. — Ex presidiario, Prisión de San Quentin
“Lo que distingue a esta organización de otras organizaciones no gubernamentales es su filosofía y la forma en que se aplica para educar y rehabilitar a la gente. El Camino a la Felicidad, es una herramienta perfecta para rehabilitar a la juventud. Ustedes se esfuerzan muchísimo para asegurarse de que su teoría coincida con la práctica.”. — Ministro de Desarrollo Juvenil y Social, Estado de Lagos, Nigeria
La mayor parte de las personas me conocen ahora como un sustento estable para mi familia de cuatro hijos. Estoy felizmente casado y libre, con un trabajo normal y cuidando de mis responsabilidades. Antes de que El Camino a la Felicidad entrara en mi vida, yo estaba en las calles y en prisión”. — Ex presidiario, prisión de Montana
Los éxitos que he recibido de El Camino a la Felicidad me han permitido estar en control de mis emociones… He aprendido a sopesar y juzgar las decisiones antes de emprender acciones y lo mejor de todo, he descubierto quien soy, puesto que es algo que deseaba haber podido comprender antes de llegar a prisión. No tuve padres que me enseñaran moral y valores como adolescente lo aprendí de la manera difícil, pero ahora gracias a este curso, conozco una manera mejor. Gracias”. — Presidiario, Prisión de Estados Unidos
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