LLEVANDO CALMA A LOS CIUDADANOS EN TIEMPOS TURBULENTOS CON EL CAMINO A LA FELICIDAD
Bruselas, Bélgica, no es solo la sede de las instituciones de la Unión Europea, sino también es el hogar de 180 nacionalidades, que hablan 108 idiomas, con el 55 por ciento de su población nacida en otro país. Tal mezcla puede traer hermosas sinergias, pero también tensiones e incertidumbres, con Bruselas experimentando un crimen violento cada 11 minutos. Sabiendo que los 21 preceptos de El Camino a la Felicidad son la herramienta perfecta para llevar la calma, Agnes Bron y Evelyne Decavele formaron la filial de El Camino a la Felicidad Bélgica. En palabras del autor de El Camino a la Felicidad, L.Ronald Hubbard: “Con El Camino a la Felicidad puedes, verdaderamente, cambiar todo esto. Lo que tienes que hacer es mantener ese librito fluyendo en la sociedad. Como aceite suave esparciéndose sobre el mar embravecido, la calma se difundirá por doquier más y más”.
Empezaron con la distribución del librito, con una portada personalizada con la bandera de Bélgica, en el barrio Matongé de Bruselas, conocido por su mezcla de culturas africanas. Después incluyeron limpiar las calles de la ciudad de acuerdo con el precepto 12: “Salvaguarda y mejora tu entorno”. Decavele dice: “Hicimos varios eventos de limpieza ya que la ciudad está sucia y realmente lo necesita. Mientras estábamos limpiando, también distribuimos el librito de El Camino a la Felicidad”.
En el 2015, un ataque terrorista en París condujo otra vez al distrito Molenbeek en Bruselas, donde vivía uno de los principales sospechosos. Creó altos niveles de seguridad y una ansiedad extrema entre los lugareños. Bron, Decavele y sus voluntarios fueron directamente a Molenbeek para contrarrestarlo. No solo distribuyeron sus libritos personalizados de El Camino a la Felicidad de Bélgica, sino una edición especial con la bandera francesa adornando la cubierta en solidaridad con el país afectado, así como un librito en árabe para la población musulmana, convirtiéndose ahora en el objetivo de la comunidad ansiosa y de los medios de comunicación alarmistas. Justo cuando las cosas se estaban calmando, en el 2016, tres bombas suicidas coordinadas explotaron en Bruselas, dos en el aeropuerto y la otra en una estación de metro, matando a 35 personas e hiriendo a más de 300. Con el país conmocionado, el equipo de El Camino a la Felicidad Bélgica fue a las calles para llegar todavía más lejos.
Se pusieron de acuerdo con una asociación de comerciantes en Bruselas, llegando a las tiendas de toda la ciudad con libritos para sus clientes. Luego llegaron a cada grupo étnico, desde los que hablan francés o flamenco a pakistaní, sikhs, africanos, árabes y asiáticos, llegando finalmente a más de 400 000 personas. Hoy en día, Bélgica se siente más tranquila con un 23 % de reducción en el vandalismo y un 35 % de reducción en el robo y la extorsión.
ACTUANDO
Llamada a Todos los Educadores
El Camino a la Felicidad contiene 21 preceptos sencillos que cualquiera puede aprender y seguir y que llevan a vidas felices y productivas.
Los educadores son la piedra angular de la sociedad, proporcionando a nuestros jóvenes la guía y el conocimiento para su futuro. Por lo tanto, el Kit de Recursos para el Educador fue creado para enseñar a los estudiantes esta guía de sentido común para vivir mejor. Todos los educadores pueden visitar elcaminoalafelicidad.es/educador para averiguar más y solicitar un paquete gratuito.
Como dijo un superintendente de una escuela de la Ciudad de Nueva York: “El Camino a la Felicidad es importante porque establece un marco de referencia respecto a lo que los jóvenes van a hacer por el resto de su vida. Hablas de una senda. Hablas de una oportunidad de empezar a tomar algunas decisiones que pueden gobernar tu futuro”.
Cuéntanos tus historias acerca de enseñar a la juventud El Camino a la Felicidad. Para ver un ejemplo estelar de la implementación del programa ve ESP.scientology.tv/VJ-Smith.
RESTAURA LA CONFIANZA
La Fundación Internacional de El Camino a la Felicidad trabaja para revertir la decadencia moral de la sociedad restableciendo la confianza y la honestidad, por medio de una amplia distribución de los 21 preceptos. Las donaciones apoyan la producción y distribución del librito de El Camino a la Felicidad y del material del plan de estudios.